El 7 de agosto de 2010, el día en que Juan Manuel Santos asumió la presidencia de Colombia, viajó, antes del acto oficial de posesión, a la Sierra Nevada de Santa Marta y allí, en un centro ceremonial, los líderes de los pueblos indígenas (los mamos) le dijeron: “Busque la paz y busque la reconciliación con el medio ambiente, con la Madre Naturaleza, porque ella está enloqueciendo, está fuera de control, por la forma en que está siendo maltratada”.

Durante los ocho años de su gobierno el compromiso con la defensa del medio ambiente y el combate al cambio climático fue una constante. El número de hectáreas de áreas protegidas más que se triplicó, pasando  de 13 millones a 43 millones de hectáreas, un área superior a Alemania o Japón. Se delimitaron todos los 37 páramos, verdaderas fábricas de agua de donde nace el 70% de los ríos de Colombia.  Y se tuvo gran protagonismo en la negociación y defensa del Acuerdo de París. Colombia fue, además, la principal promotora, en la Cumbre de Río + 20, de la iniciativa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que fue luego adoptada como agenda para el mundo por las Naciones Unidas.

Como expresidente, continúa apoyando los esfuerzos nacionales e internacionales para enfrentar lo que el y muchos denominan como la mayor amenaza que tiene la humanidad: el cambio climático.